sábado, 12 de octubre de 2013

RUTA MEGALITICA DE GORAFE


Iniciamos la ruta en “Baños de Alicún de las Torres”, término municipal de Villanueva de las Torres, donde existe un balneario y unas piscinas de agua termal.
A pocos metros del balneario parte una acequia con agua caliente y que en su transitar a lo largo de miles de años ha formado, por sedimentación de sales carbonatadas, un murallón calizo. 
Lo que en un principio pudo ser una simple acequia a nivel del suelo, probablemente trazada por los habitantes del algún cercano asentamiento humano, hoy dia tienen en sus distintos trayectos alturas que superan los diez metros, en una longitud de 1 km. Aproximadamente.
Esta formación está catalogada como única en el mundo.
Avanzado el acueducto, las aguas descienden vertiginosamente buscando el valle del rio Fardes, formando algunas pozas y cascadas de tonos verdosos, espectaculares.
Desde luego era un lugar idóneo para los asentamientos humanos del neolitico, por la existencia de covachas, defensas naturales, agua en abundancia, vegetación, y gran cantidad de fauna.
Continuamos la ruta visitando varios dólmenes en una explanada próxima al acueducto, uno de ellos en muy buen estado de conservación, al que pudimos acceder a su interior.
Nos quedamos con ganas de subir al cerro de la Mina, donde nos consta la existencia de petroglifos (grabados en piedra) del neolítico, pero el calor y las pocas ganas de subir pendientes, nos echó para atrás. Lo dejamos para otra ocasión.
Una visita al balneario y ponemos rumbo a Gorafe, distante a escasos kilómetros del lugar, donde hicimos la ruta de Las Majadillas, esta vez sí, ascendiendo la ladera del cañón que conforma el rio Gor, pues no había otro remedio. 
Aquí visitamos una retaila de dólmenes, fruto de la expresión religiosa de los habitantes de los poblados de este rincón andaluz, donde se han llegado a catalogar hasta 240 dólmenes, la mas alta concentración de dólmenes de toda Europa, lo que nos da una idea de la importancia que tuvo en su momento esta zona.
Desde lo alto del cañón, en la llanura amesetada, se contemplaban unas vistas maravillosas del pueblo de Gorafe, y de sus algarbes, cuevas excavadas en las paredes verticales del cañón, y que sirvieron de morada y defensa a los pobladores almohades y posteriormente a los moriscos.
Llegada la hora de la comida nos dirigimos al pueblo, en donde dimos cuenta de nuestras viandas en una terracita del único bar que estaba abierto en el pueblo, y que compartimos con un numeroso grupo de rokeros.
Teníamos cita concertada con el Centro de Interpretación del Megalitismo, y allá que fuimos. Aún le falta algo mas de contenido, y le sobra repetición. Nos gustó mucho la película en tres dimensiones. 
Ya de vuelta paramos en los Llanos del Conquín, para ver mas dólmenes y el lugar de asentamiento de un poblado del neolítico, justo el que habíamos visto en la película de 3D.
Así finalizamos otra jornada mas de senderismo cultural que nos llevó a los Baños de Alicún y Gorafe, y no será la última, ya que la zona tiene mucho que ver y explorar.

Crónica: JA Mazuecos
Fotos: Julián y JA Mesa

domingo, 29 de septiembre de 2013

Calas del Cabo de Gata


Somos veintiseis senderistas entre los miembros de nuestro club los amiagos y familiares invitados a hacer esta ruta
que iniciaremos en el mismo faro y que nos llevará hasta el bonito pueblo de San José de Níjar.
Desde el mirador del faro podemos observar el arrecife de las Sirenas, una de las estampas mas bellas del parque. Posiblemente deba su nombre a las focas monje que en otros tiempos poblaban este lugar y que desde la lejanía los marineros podrían confundir con sirenas.
Iniciamos nuestra ruta por un camino que nos llevará hasta  el pico de Vela Blanca, dejando a nuestra derecha pequeños acantilados. Podemos apreciar también una imponente roca que emerge en medio del mar  y  que señala el cielo: es el arrecife del Dedo.
En la medida que tomamos altura vamos apreciando lo sinuoso de la costa donde se mezclan una gran variedad de rocas volcánicas de diferentes tonalidades.
En  Vela Blanca nos hacemos la foto del grupo pero... faltan dos personas ¿donde están? Al poco aparecen las "extraviadas" que habían seguido por otro camino a  personas que no eran de nuestro grupo.
Comenzamos el descenso por un cómodo carril desde el que apreciamos la línea de costa conformada  por una alocada multitud de colores y hermosas formaciones rocosas de origen volcánico.

Dejando atrás el carril, cogemos un desvío que nos lleva a la Cala del Carbón, que debe su nombre a la tonalidad oscura de sus rocas. Es el momento adecuado para tomar un descanso y algo de alimento.

Ascendiendo una no muy pronunciada pendiente, la ruta continúa hasta avistar la playa de la Media Luna, llamada así por la forma que tiene, encajada entre dos formaciones rocosas que proporcionan
sombra y cobijo a los escasos bañistas que encontramos.

Desde alli varias personas pasan a la playa del Monsul por la propia costa, mojándose con las olas que rompían contra las rocas.
El resto dimos una pequeña vuelta ascendiendo un montículo y llegando al Monsul por un camino algo más largo pero más seguro. La playa del Monsul destaca del resto por su arena finísima de color blanco y las paredes oscuras de las rocas cercanas.
Desde alli sin interrupción por lo avanzado de la hora, reanudamos la marcha evitando el cerro del Barronal (una pena porque este montículo encierra varias calas de una gran belleza) y dirigiéndonos a la playa de los Genoveses, donde está previsto el baño y el almuerzo.A pesar del hambre que comienza a aparecer, la mayoría prefiere darse primero el baño pues el calor es intenso y la playa tentadora.
La comida la hacemos en un pequeño bosquecillo de eucaliptus que proporcionan algo de sombra.
Tras el merecido descanso, iniciamos el último tramo de nuestro recorrido, ascendiendo por una pequeña colina desde la que se aprecian imágenes inolvidables de la playa de los Genoveses
Gabriel nos ilustraria informándonos que su nombre se debe a la estancia de la flota genovesa en su fondeadero previo al ataque de la ciudad de Almeria en el siglo XII.

Desde el cerro del Ave María damos la última ojeada a Los Genoveses y nos asomamos a la antigua aldea de pescadores de San José, hoy centro turístico del parque.

Hemos llegado al final de nuestra ruta, atrás quedan seis horas de alegre caminata y de emociones intensas. Ahora toca, tras un breve descanso, regresar a nuestra ciudad, a nuestra rutina diaria y a esperar un nuevo sábado que nos devuelva a la naturaleza, a la montaña, a los rios y a los bosques. ¿Existe algo mejor?

Crónica y fotos: JA Mesa

sábado, 14 de septiembre de 2013

SENDA DE LOS PESCADORES

     De sueños y aventuras están hambrientos nuestros deseos, después de un somero letargo fluye por nuestras venas un no sé qué, que te está diciendo al oído, “la montaña te espera” y como adolescentes ante su primera cita con lozana moza quedamos a temprana hora para iniciar la nueva campaña. 
     Nuestra amada en este caso se llama “Senda de los Pescadores” esposa del Rio Guadalentín, natural de Pozo Alcón y geográficamente situada en la Sierra de Cazorla.
     A primera vista no está nada mal la mocita, presentándose con sus mejores galas de profundas y cristalinas aguas, deslizándose bajo un puente de considerable altura y depositándolas en el vientre de lo que será su regazo, la Presa de la Bolera. 
En sus aguas los barbos nos reciben jugueteando y nos despedimos de ellos por la loma de suave senda que de contrafuerte sirve al Guadalentín. 
En estas lomas, que debieron ser muy fructíferas agrícolamente, encontramos restos de cortijos por doquier, vegetación autóctona mediterránea, gigantescos pinos ya caducos y hermosos quejigos emergen entre los más jovencitos.
Hacía la derecha un atalayón de considerable altura y verticales paredes dan personalidad al entorno, la marcha se hace bastante amena debido a una buenísima temperatura y a la diversidad del paisaje, un majoleto por aquí y unas zarzamoras por allá, ¡oh, lalá! , Vicente, Antonio y Jamesa ¡ NO ESTÁN ! , pues nada, a esperar y ya aparecerán.
Decidimos esperar unos minutos y los muy zo…….. no aparecen, bueeeeno, como expertos montañeros que son ya aparecerán. 
Continuamos nuestro senda y en menos que canta un gallo, por fín, el Guadalentín nos recibe con suave susurro y semiverde pradera, algunos deciden darse un pequeño remojón y todos “el atracón”.
Estamos en esto del yantar, cuando unos alegres personajes aparecen loquitos de alegría, sí, son los niños perdidos, son: “LOS MOSQUENDRINOS”
Habían descubierto, en privada finca, el árbol que da el fruto para hacer el PACHARÁN, y tralarí tralará, sus frutos hurtarán.
Reunificado el grupo y con los estómagos llenos retomamos el caminar, no pasan cinco minutos y algunos deciden regresar, unos tiran palante y otros patrás, y con buen criterio decidimos: “TODOS AL BAR”.
Del regreso poco que contar, el mismo camino a la inversa y poco más.
Conclusión: Ruta suave para cualquier época del año, se mantiene entre los 1000 y 1200 m de desnivel, paisaje agradable, apta para todo el mundo y disfrutona sin grandes contrastes.
Para aquel que le guste la aventura en verano tiene la opción de hacerla a través del cauce, con bonitas hoces, grandes pozas para el baño y cornisas en las paredes, opción de entrada por Pozo Alcón desde el sur o Navas de S. Pedro por el Norte, area recreativa y casas rurales en el entorno del pantano.
Ruta en Wikiloc
Crónista: Isidro
Fotos: A. Domingo, Juande, Indalecio.

jueves, 29 de agosto de 2013

POR EL VALLE DE LIEBANA

Como en años anteriores, este verano hemos organizado una salida especial, culmen de la temporada, y esta vez le ha tocado el turno al Valle de Liébana, lugar privilegiado enclavado entre la Cordillera Cantábrica y los Picos de Europa. Elegimos la opción que nos ofrecía la empresa de turismo y aventura "Vértigo, S.C", con sede en el pequeño pueblo de Cahecho, enclavado en la Sierra de La Sagra, a 850 mts. de altitud, y atendida por Gonzalo, que fue nuestro guía, exhaustivo conocedor de la zona, y excelente anfitrión.
Dieciséis veredientes emprendimos viaje hacia tierras cántabras, con la ilusión de pasar unos dias en la montaña y en buena compañía.
 
 Sin incidencias llegamos a Cahecho, y nos instalamos en las cuatro casas, todas con un mirador común hacia el Valle, y rodeados por todos lados de montañas. Una temperatura fresca, nubes, agua fina, algún chubasco, brumas, y algún solecito ha sido el tiempo que nos acompañó durante nuestra estancia lebaniega.
Todos los dias salíamos hacia nuestro destino a las 9´30 de la mañana y volvíamos hacia las 7 de la tarde, con tiempo suficiente para arreglarnos y cenar a las ocho y media en el único restaurante del pueblo, donde fuimos atendidos de forma excelente.
El domingo dia 4 ascendimos al Pico Coriscao (2.236 mts.), rebautizado por los veredientes como "Curaçao",

desde el Puerto de San Glorio, lindante con la provincia de León, con 18 kilómetros de recorrido, en cuya cumbre pudimos divisar los tres macizos de los Picos de Europa, así como la Sierra de Peña Sagra, y el mar de cumbres que nos rodeaban. 
De allí descendimos hasta el pueblo de Llánaves de la Reina, donde nos refrigeramos y algunos aprovecharon para hacerse la fotito junto al pobre oso disecado. 

El lunes le toco el turno a los Picos de Europa.
Estaba prevista la subida al pico de Peña Vieja, pero Gonzalo modificó el itinerario por el riesgo de resbalones y caídas en algún nevero, y en su lugar nos condujo al Pico de la Padiorna (2.319 mts.), con 12 kilómetros de recorrido.

Previamente cogimos el teleférico de Fuente De, la verdad con su poquito de congoja, ya que el artefacto se eleva por encima del terreno de forma considerable y una infortunada caída no dejaría lugar a dudas.



A la vuelta, y animados por Gonzalo, un pequeño grupo se desvió hacia Collado Jermoso, situado en el corazón del Macizo Central y lugar ideal para las ascensiones y escaladas de algunos de sus picos mas emblemáticos, pues allí mismo, colgado sobre el valle de Valdeón, existe un refugio. 
Aquí aprendimos que quince minutos en los Picos de Europa son una hora.
La bajada la hicimos caminando hasta Fuente De, con mas vueltas que revueltas, pero al fin llegamos.


El martes tocaba dia libre, y después de algunas deliberaciones nos pusimos de acuerdo en la ruta.
 
 Visita a la Ermita de Santa Maria de Lebeña, enclavada en un lugar paradisiaco, junto al rio Deva a su paso por el desfiladero de La Hermida,


 y declarada Monumento Nacional, de estilo mozárabe, mandada construir por los condes de Liébana allá por el año 925, y junto a su puerta un tejo milenario, que murió hace pocos años.
 
 Como curiosidad la piedra frontal del altar, de origen visigodo, con el símbolo solar en movimiento.
 
Visitamos igualmente el Centro de interpretación de Picos de Europa, en Tama, y una destilería de aguardiente de orujo, típico de la zona.

Un pequeño grupo visitó el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en la próxima localidad de Camaleño, famoso por albergar obras literarias del Beato de Liébana, así como el Lignum Crucis, que es - según la Iglesia Católica - el trozo mas grande conocido de la cruz de Cristo, por cuyo motivo es lugar santo de peregrinación para los creyentes cristianos, a nivel de Jerusalén, Roma, y Santiago de Compostela.
 
En Potes paseamos por sus calles y algunos se atrevieron con la tirolina, a diez euros tres tiradas.
 


El miércoles tocaba subida al Cuernón de Peña Sagra, pero hubo que cambiarla por un paseo por la propia Sierra, ya que amaneció un dia muy nublado y lluvioso, tanto que, si no nos llega a animar Gonzalo, no salimos. 

Fueron 23 kilómetros de recorrido, saliendo desde el mismo pueblo de Cahecho, si bien algunas aprovecharon el servicio de camioneta que les quitó unos cuantos kilómetros de cuesta. 
 
El recorrido fue entre hayedos y robles de un porte centenario, enormes, era como de cuento de hadas y gnomos, con un paisaje exhuberante.
 
 Pasamos por la Ermita de Santa Maria de la Luz, y las localidades de Aniezo y Luriezo, hasta llegar de nuevo a Cahecho.
 

El jueves Gonzalo nos preparo un paseo, mas bien para estirar las piernas y hacer ganas de comer, para lo que nos esperaba mas tarde. 


Subimos en taxi al Puerto de Piedras Luengas, lindante con la provincia de Palencia, y recorrimos una distancia de 12 kilómetros, con un paisaje muy parecido al del dia anterior. 


Cerca de allí se encuentra el pico Tres Mares, llamado así por verter aguas al Mediterráneo por el rio Hijar; al Cantábrico por el Nansa; y al Atlántico por el Pisuerga. 
Finalizamos la caminata en la Venta Pepín, en donde nos tenían preparado un cocido lebaniego, elaborado con productos propios. 
 
Allí se pudo haber repetido la tragedia del niño de los garbanzos que contaba Paco Gandía, pero faltaban los toros y la calor andaluza. Pero a falta de toros merodeaban por el lugar los temidos osos, de los que los lugareños cuentan sus historias.
 

El viernes, nuestro último dia en tierras cántabras, era dia libre, y el grueso del grupo nos fuimos a la localidad de San Vicente de la Barquera, y Gabriel y Maria del Mar se fueron con Gonzalo al Pico Parais, en la Sierra de Peña Sagra.
Los del Pico Parais llevaban un encargo, que era dar con el paradero de un rebaño de cabras que se le había perdido a un pastor, 
 
y algunas encontraron junto con su perro guardián al que socorrieron en su hambruna.

Los de San Vicente de la Barquera, como no podía ser de otra forma, se dedicaron a andar por los acantilados del Parque Natural de Oyambre, a cuya extensa playa llegaron por su verea correspondiente, 

 si bien a la vuelta destaparon el tarro de las esencias y cada cual la hizo como mejor le pareció, entre albardales, campo a través, vallas, zarzas, y alguna caída en hoyos ocultos.

 
Esa noche hubo cena especial de despedida, algún cante, chistes, recuerdos de los ausentes, y agradecimientos.
Bien está lo que bien acaba, abrazos, despedidas, y viaje de vuelta.
Adoptamos un dicho de los montañeros de la zona, y es que cuando el dia anterior quedan para salir al monte, confirman su asistencia diciéndose "mañana salimos aunque haga sol". Esta se la dedicamos especialmente a nuestro compañero Isidro.

CRONISTA: José A Mazuecos
FOTÓGRAFA: Mititilla