domingo, 9 de mayo de 2010

En Vélez Benaudalla

Invitados por Rosa, el pasado sábado 8 de mayo estuvimos en Vélez Benaudalla, pueblo hermoso a medio camino entre la sierra y el mar.
Si pudiéramos destacar algo de este entorno privilegiado, hablaríamos en primer lugar de la villa en sí, enclavada en una loma que moja sus pies en el Guadalfeo, no lejos de la impresionante presa de Rueles. Calles estrechas, casas blancas y flores por doquier. Una bella iglesia y un impresionante castillo son los monumentos que nos hablan de un pasado lejano y trascesdente.

El agua es el segundo elemento que aparece por doquier en este pueblo: fuentes, albercas, cascadas... y un impresionante jardín nazarí en proceso de restauración que nos recuerda el pasado árabe del enclave, posiblemente un vergel si tenemos en cuenta los magníficos hortelanos que fueron estos antepasados nuestros y que labraron con primor estas tierras durante ochocientos años.

Y el tercer elemento, la casa, una vivienda que rememora los cármenes granadinos; la casa de Rosa es un magnifico ejemplo de jardin inundado de multitud de flores con un predominio abrumador de la rosa. No en vano nuestra anfitriona lleva ese nombre. Y en innumerables paratas, la huerta: ajos, cebollinos, patatas, judias... Alimento para el cuerpo y los sentidos.
Gracias a Rosa por ese agradable paseo, por esa cariñosa acogida y por su riquísima paella. Salud, la hermana de Rosa tuvo la generosidad de cocinarla para nosotros.

JAM

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