Otra y no esta, era la excursión prevista para esta fecha 16 de junio, en concreto, el Rio Pitillos
Antonio Dgo. debía ser el pastor que nos guiara por tan
espectacular ruta, pero el destino fue
esquivo por mor de las “bondades” de nuestra visita a tierras astures, una
pequeña lesión le privó de guiarnos, y de ahí, el cambio.
Seis participantes somos los afortunados en este caso, de
disfrutar del espectáculo con que siempre nos agasaja Sª Nevada, ¡nunca
defrauda!.
Comenzamos la ruta por donde empiezan la mayoría de las que nos proyectan al P. N. de Sierra Nevada; la Hoya
de la Mora
Con la parsimonia
justita y necesaria para gozar de cuanto nos ofrece y darle rienda suelta a la
“sin hueso”, nos encaminamos por la Loma
de Cauchiles al punto más distante de nuestra ruta de hoy, “El Picacho”, hoy
día; El Veleta, 2ª cima en altura de Sª Nevada (3.396 msnm)
La subida se hace monótona, pues tal vez sea la zona con menos atractivo del Parque: La ciudad entre brumas, la divisoria
de mares, Borreguiles, Loma de Dilar y
las distantes sierras de Almijara, Alhama y Albuñuelas son el entorno que nos rodean, casi todos
estos puntos siempre presentes desde la ciudad, de ahí, posiblemente, esa
monotonía a la que me refiero.
Una vez alcanzadas las Posiciones del Veleta las cuales
dejamos unos metros a nuestra izquierda
reagrupamos el grupo, pues hemos subido cada cual a nuestro aire, ahora si, ¡empieza
el espectáculo.!
Nuestra primera mirada con algo de atención nos muestra
la Laguna de las Yeguas (En el año 1976 y posteriormente en el 1993 se realizaron
diferentes obras para encauzar las aguas y formar un pequeño embalse, que es
como los encontramos actualmente, y que sirve para abastecer a la Estación de
Esquí Sierra Nevada.) con un color anómalo debido a
la reciente calima, un poquito más, y… ¡estamos en la cima!
Cambio radical del paisaje: Bajo
nuestros pies el circo glacial del Veleta con su laguna en el mismo estado que
la anterior pero distinto color; las primeras aguas del Guarnón que las
aportará al Genil, la verticalidad de la N. con algo más de 400 mts de caída,
las temblorosas piernas de casi todo aquel que osa acercarse al vacío y, a
nuestra derecha, (E.) , los otros dos gigantes, Mulhacén y Alcazaba.
Luego de admirar semejante belleza iniciamos el descenso por la “raspa”, dirección al refugio de la Carihuela donde hubo avituallamiento, (algunos lo hicimos descolgándonos por el ventisquero), ahí es normal que estén al acecho los híbices ibéricos (cabra montés) con el mismo fín que nosotros, mendigando alimento a los montañeros.
Una vez “henchidos” seguimos
nuestro caminar dirección a los lagunillos de la Virgen por el sendero que hay
bajo el Puntal de Loma Púa y paralelo a los Tajos de la Virgen; previamente nos
asomamos al collado de la Carihuela para contemplar el rio Veleta con la laguna
de Aguas Verdes en primer plano. Como aún queda algún maltrecho ventisquero
posamos con el fondo de de laguna de las Yeguas y en menos que cantan un par de
gallos nos encontramos en los verdosos, impolutos y radiantes lagunillos;
contemplación, selfies y disparos, ¡ya queda poco¡ Propongo seguir bordeando la
laguna ¿y qué pasó?, pues lo de siempre ‘¡Que me volvieron a dejar tiraaaao! y
ellos se lo perdieron
En menos que canta un solo gallo,
¡otra vez “arrejuntaos! Y como el resto de sobra es conocido, dale a la pata,
que en la higuera, alguien o algo nos espera.