sábado, 18 de noviembre de 2023

La Tizná

Hacer el sendero de La Tizná fue una improvisación al no poder realizar la ruta prevista en Carcabuey,  que se encuentra impracticable invadida por la maleza. Y la elección fue afortunada ya que tuvimos la suerte de encontrarnos el camino hasta el área recreativa en su mejor momento otoñal, con una variedad de colorido difícilmente igualable.  

Comenzamos el recorrido en el centro del pueblo de Jérez  del Marquesado, pasando por la plaza del Ayuntamiento y dirigiéndonos al barranco del Alcázar, objeto de nuestra caminata,

Pretendemos llegar hasta el área recreativa de la Tizná no por el camino tradicional de las acequias sino remontando el cauce del río. No hay un camino definido y tendremos que ir buscando tramos de veredas o caminar directamente campo a través.

Y pronto comenzamos a disfrutar del colorido del arbolado, en especial de los castaños centenarios que nos acompañaron en casi toda la ruta. 


Fotos, más fotos.... las que quisimos.


¿La Tizná o el Camarate en otoño?   Así, así....


Hubo que cruzar el río en bastantes ocasiones pero para nosotros no es ningún problema, estamos acostumbrados a saltar de piedra en piedra, a resbalar, a caernos de culo... En esta ocasión todo salió bien.

 El otoño en su máximo esplendor. Ya decía Samuel Butler: 
  • El otoño es la estación más dulce, y las flores que perdemos las ganamos en frutos.”  Nosotros castañas no encontramos ni una. (Si no sabes quién es Samuel Butler pincha aquí)
El barranco del Alcázar tenía cuatro antiguas centrales hidroeléctricas con sus correspondientes tuberías y cámaras de carga.

Junto a las centrales siempre había una casa de las máquinas y otra para los trabajadores, donde se alojaba también la familia que cuidaba permanentemente de su funcionamiento. Alrededor disponían de tierra, que cultivaban para su supervivencia. La energía eléctrica iba a las minas de hierro de Alquife.


Este lugar es muy interesante desde el punto de vista micológico debido a su humedad; las especies de setas son las propias del bosque de ribera y del pinar y castañar. Entre ellas se pueden encontrar, según la información que he buscado, algunas variedades como Amanita vaginata 😵, Amanita malleata, Pleurotus ostreatus ... (A ver cuándo hacemos un curso de setas).

En el área recreativa de La Tizná se unen las aguas del Barranco del Sabinar y las aguas del Barranco de las Cabañuelas formando el río Alcázar.
En sus márgenes tenemos un estupendo bosque de galería, con gran presencia de árboles como álamos negros (populus nigra), sauces (
Salix alba), olmos (Ulmus minor), castaños (castanea sátiva)... (Que no sabe ná el gachó).

Aquí estamos todos (-1) en este rústico puente de madera de los muchos existentes en el área recreativa.
Antonio y Gabriel han demostrado que se encuentran en magníficas condiciones físicas y esperamos  que su presencia sea ya habitual en nuestras salidas.

Comenzamos el camino de regreso por el a carril con señalización de Sendero PRA-31 caminando unos 1,5 kilómetros y sin perder de vista el bosque de ribera.

Abandonamos el carril para tomar la que se conoce como la vereda de la Mata, desde la que daremos vista a nuestro destino, al pueblo de Jérez.

 En el regreso es muy interesante detenerse a contemplar el inmenso castaño que encontramos junto a la balsa de Jérez. Posiblemente uno de los que tienen el tronco más grueso de toda la provincia (sin menospreciar al "castaño gordo" de Pórtugos o al "abuelo" de la vereda de la Estrella).

Jérez sigue manteniendo su belleza entre morisca y cristiana, rural y serrana. Allí llegamos gozosos por el disfrute pretérito y el deleite futuro que nos esperaba en el bar "Pichica"😵😵😵 .
Crónica: JA Mesa
Fotos: Antonio Domingo y Ana Estévez.