Durante la guerra civil sirvió de frontera entre los bandos nacional y republicano, dejando durante dicho tiempo numerosas víctimas. A este trance de la historia hace referencia el escudo de Cogollos Vega, en cuya parte inferior aparece el Peñón flanqueado por dos granadas, representando a los dos bandos, sobre un fondo negro de luto.
Quedamos citados temprano para evitar las horas de calor, como siempre que salimos para la zona Norte, en el aparcamiento de Kinepolis. En tres coches nos dirigimos a la población de Cogollos Vega.
Iniciamos la marcha en una explanada, a la altura del cortijo de los Hoyos, junto al Camino de las Acequias, con vistas ya al Peñón, ascendiendo por una vereda que cruza la acequia de Moroz.
Mientras buscaba un atajo el grupo continuó por el camino, tropezando con una vaca recién muerta, lo que me libro de ver el “cuadro”. A la vuelta todos cogieron el atajo para evitar contemplar de nuevo la muerte.
Alcanzamos el collado de San Agustín, que cuenta con un grupo de trincheras, y donde hay unos letreros que marcan distintas direcciones. Tomamos el sendero de la derecha, que va rodeando el Peñón por su cara Norte, llamado de la Umbría, llegando al collado del Calar del Frentón, donde hicimos una parada para reagrupar al personal, y que ya da vistas al valle del cortijo de Carialfaquí y rio Bermejo.
Continuamos el ascenso por la cuesta de los Macarenos, llegando a un canuto con una trepada que salvamos exitosamente, y tras una fuerte pendiente llegamos a una explanada donde volvimos a reagruparnos. Si no recuerdo mal todos salvo Ángeles iniciamos la ascensión final, y entre rocas marcadas con hitos de piedras alcanzamos la cumbre.
Ahora tocaba disfrutar de las vistas de 360 grados que se habría ante nosotros, descansar sentados o de pie contemplando en todas direcciones, saborear la fruta tranquilamente, comentar con los compañeros, charlar con un grupo de radioaficionados que habían montado allí sus antenas.
Antes de descender algunos le echamos un vistazo al bunker que está algo escondido en la cara Norte de la cima.
Ahora toca bajar por la cara Este, por un canuto sembrado de piedras sueltas, y que a pesar de la precaución produjo algunas caídas de culetazos sin mayor importancia. Impresionante el farallón rocoso al que íbamos pegados a nuestra derecha.
El camino va buscando de nuevo el collado de San Agustín, donde volvemos a reunirnos todos, ya que la bajada había hecho estragos y nos había distanciado bastante a unos de otros. Reunión de pastores, fotos de grupo y de vuelta a los coches.
Inda y los que venían en su coche se marcharon para casa directos por necesidades de agenda y el resto del grupo no tuvimos más remedio que tomarnos una cerveza en una de las ventas que hay junto al Instituto de Cogollos, dando cumplida cuenta del querido tercer tiempo.
Crónica JA Mazuecos.
Fotos: Gerardo.