Habíamos previsto iniciar nuestra caminata ganando altura con los remontes que este mismo día inauguraba CETURSA para la temporada de verano. Ya nos sorprendió no encontrar las clásicas taquillas para la venta de tiques en Pradollano, sustituidas por máquinas expendedoras al precio de 20 euros. Consideramos que la subida era excesiva (de 13 a 20) y no nos quisimos dejar timar. Vuelta a los coches y logramos encontrar acomodo en la última lanzadera de las 10 de la mañana.
Ya en las Posiciones iniciamos nuestro descenso a los Corrales del Veleta por el Veredón, pensando que llevábamos cierto retraso. Al frente el pico Alcazaba, Mulhacén, Puntal de Juego de Bolos…
En los Corrales nos esperaba la temida subida por Veta Grande. Pero con paciencia todo se supera y llegamos todos al collado.
Pero allí nuestra compañera Ana (que se sentía mal) decidió quedarse acompañada por Roberto. Como el descanso no fue suficiente inician el regreso que terminó en los corrales donde Ana tuvo que ser evacuada en el helicóptero. El mal de altura es traicionero, menos mal que todo quedó en un susto.
Desde el collado vemos la senda a seguir que, en una bajada vertiginosa, atraviesa toda la ladera bajo los Crestones de Río Seco.
El mermado grupo continúa su avance hasta llegar a la Laguna
del Boticario, bonita como siempre, rodeada de borreguiles y aguas
transparentes.
La siguiente parada es en la laguna Gaveta donde decidimos quedarnos
a comer ya que nos pareció un lugar precioso y con aguas cristalinas, muy al
contrario de la situación de la Larga que, debido a la calima, ofrecía unas
aguas ocres poco atractivas.
A lo largo de la marcha una de las botas de José A Mazuecos ha ido deteriorándose hasta comenzar a cuartearse y perder trozos de goma.