El sábado nos acompañó Miguel Saenz, malagueño, y amigo de La Verea. Su presencia nos vino estupendamente porque era el que mejor conocia la zona, ya que la habia recorrido una o ninguna vez.
Y el domingo se nos unió nuestro ínclito Insidro, que nos juraba que por nada del mundo se perdería subir al Torrecilla, como así fue.
El sábado lo dedicamos a unas rutas de pequeño recorrido para ir calentando motores. Por la mañana fuimos a ver el Tajo de la Caína, al que accedimos desde el puerto del Caucón. Es una ruta circular y bien marcada. La senda se adentra por un enorme bosque de pinsapos - ¡que bonicos son los pinsapos¡ - que sombrean el camino durante gran parte del trayecto, hasta llegar a los pedazo de tajos. Recorrimos una senda que transcurre por debajo del tajo de la Caína, hasta llegar a una fuentecilla, y media vuelta para buscar un lugar donde reponer fuerzas, entre sol y sombras.
Ya de vuelta, por encima del Tajo, nos encontramos con un grupo de montañeros del club Tritón, de Prado del Rey (Cádiz), con los que confraternizamos un rato.
Eran las cinco de la tarde y todavia nos daba tiempo de visitar el nacimiento de Rio Grande, pues la carretera – que posteriormente se convertia en pista de tierra – hasta la central hidroelectrica San Pascual partia desde el frente de nuestro camping. Con lo que no contabamos era con que nuestras anotaciones debian estar muy atrasadas y el carril se encontraba cortado y en muy mal estado. Tuvimos suerte de ser avisados por un vecino que nos echó el alto y nos mandó para atrás, pues a mas de uno habian tenido que sacarlo de allí a remolque. De todas maneras nos costó trabajo dar la vuelta a los coches.
El acceso al nacimiento del rio estaba mas arriba, desde una inadvertida senda que parte desde una pequeña explanada, que conduce hasta el cauce del rio, que se va embarrancando hasta llegar hasta una enorme pared al fondo, con una caida espectacular ¡qué lástima que la vieramos sin agua¡. Nos costó dar con el nacimiento, de hecho algunos se lo perdieron, pues se dieron media vuelta sin haberlo visto. Al final dimos con él, al otro lado del rio, cruzando la presa. ¡Que maravilla¡ Aguas cristalinas brotan dentro de la cueva de los Zarzalones. Allí estuvimos un buen rato disfrutando del lugar.

El domingo era la ruta estrella, desde el puerto Saucillo (1.200 m.) hasta el Pico Torrecilla (1.919 m.). Ruta lineal. La primera parte transcurre entre un envolvente bosque de pinsapos y cantos de pájaros.


Conforme vamos ganando altura, y el bosque se va aclarando, se divisa una panoramica grandiosa, el mar y muchas sierras.




Para la vuelta, un grupo de cuatro tuvo que andar a las prisas, pues Antonio no tenia luces en su coche y tenia que volver a Granada de dia, por lo que las patillas les daban en el culo, y al final misión cumplida. A las 5 de la tarde en el camping y pa Graná.

Han sido dos dias preciosos, todo ha ido bien, buen ambiente, buena comida, y una Sierra de las Nieves muy bonita. Es una zona para volver.
Crónica: José A Mazuecos
Fotos: A Domingo