Crónica: JA Mazuecos
Fotos: Juande
De las cumbres me llega un soplo de aire fresco que depierta en mi el deseo de abrir mi corazón al cielo.
La propuesta fue comenzar la excursión desde la estación de Luque, la idea era recorrer la Vía Verde del Aceite unos cuatro kilómetros, distancia que separa la estación, de Zuheros. De ésta manera apoyamos con nuestra presencia, las iniciativas de las administraciones para recuperar las vías férreas desmanteladas, dando vida a los pueblos y proporcionando espacios para un ocio saludable, como buenos y sacrificados militantes de la montaña, aguantamos una hora un poco aburrida.
La marcha hacia Zuheros tiene un desnivel máximo del 3%, por lo que su dificultad es prácticamente nula, el paisaje que vimos fueron las estribaciones de la Subbética, chaparros y encinas que nos dieron la bienvenida. Unos quince minutos antes de llegar a Zuheros, en la parte alta y a nuestra izquierda, tuvimos la oportunidad de observar un perfil del pueblo y su castillo, que sólo es posible verlo desde la Vía. Llegamos a la entrada noroeste del pueblo y justo al Barranco del río Bailón en una hora y media. Allí atacamos una pendiente fuerte de piedra resbaladiza, en diez minutos ganamos la máxima altura, momento en que comenzó un agradable contrallano que nos llevó al cauce del rio Bailón, que encontramos seco. Una pena, pues el rio además de bailón (va serpenteando por entre las peñas) es cantarín.
Seguimos por el Cañón del Charco Hondo, donde encontramos, arces, cornicabras, quejigos, placer para nuestra vista. Nos fijamos en las paredes rocosas de la nava, con esas oquedades tan características que parecen talladas por cucharas de proporciones descomunales. Al cabo de un rato, nos tropezamos con la Fuente de la Mora, que tiene una especie de abrevadero, se ve que lleva muchos años allí. Más adelante, allá arriba, en las paredes de la derecha, vimos la Cueva del Fraile, nombre que le da, por su silueta, la piedra de la entrada. Momento en que nos separarnos del cauce del rio por la izquierda, iniciando una subida de piedras sueltas y resbaladizas, que fueron buenas para fortalecer nuestros tobillos. Entramos entonces en un bosque espeso y de senda estrecha, que nos obligó a ir una persona tras otra. Tuvimos la impresión de que todo era mágico. Las rocas se entrelazaban con encinas y chaparros, tapizado todo con un musgo de verde limón y preñado de humedad, que hace que todo sea uno. En este tramo se recomendó un respetuoso silencio. Alguien observó lo suficiente, vio a algún Troll despistado, pero siguió su marcha sin más, pues ya sabeis lo mal que huelen los Trolls y el mal genio que gastan.
En el tramo final nos encontramos con un bosque más abierto y con menos piedras, estábamos llegando a las Chorreras y al arroyo de Fuenseca, donde nos topamos con la encina que podría ser la madre de todo el paraje, nos recibió con el vientre abierto, recién parida y cubierta de líquenes de verdes intensos, fue ésta la puerta de entrada al collado y donde las personas fotógrafas se deleitaron dándole gusto al gatillo. El lugar era una explanada con varios cortijos abandonados, higueras, un abrevadero donde tomamos el bocata y una fuente, la Fenseca. En el relieve vimos navas o “Poljes”, formadas (según me he informado) por las kartificaciónes entre la roca caliza, el yeso y el agua. Mu bonico tó, hasta ese punto invertimos tres horas más menos.
Cuando lo creimos oportuno iniciamos el descenso, regresando sobre nuestras huellas, algunas personas encontraron en la bajada zonas que no admiraron a la subida ¡Magia potagia Los hermanos Domingo se colaron en la cueva del Fraile y se le subieron a los hombros, haciendo fotos inéditas del paraje, ¡qué intrépidos! Llegado el momento en que se ve el pueblo de Zueros de frente y sólo queda una fuerte bajada, observé cómo las personas más andarinas y más veloces ya salían con sus vehículos dirección a la estación, allí quedó la compañera Marisa a la que recogimos las personas que quedamos atrás dirigiéndonos también al Nicol´s. A las tres estábamos almorzando. Teniendo en cuenta que salimos a las 10h y regresamos a las 15h. podemos decir que ésta marcha se hace tranquilamente en cinco horas.
Crónica: Jorge Oliva
Fotos: Juande y Toñi