Nuestras citas semanales se incrementan con un recorrido por la sierra de Andújar.La cita : a las 7,30 . Y allí están los de la verea -este nombre ya se está haciendo familiar-( Isabel,incorpórate pronto que te echamos de menos).Todos pertrechados con bastón,mochila,y lo mas importante e ineludiblemente necesario:chubasquero.Pues bién, de ahora en adelante, cuando quiera saber el tiempo que vamos a tener, miro p´arriba y que salga el sol por Antequera.Tantos adelantos y tantas leches,parecía que nos iba a caer el diluvio.El caso es que nos hizo un día fabuloso.Una vez en el pueblo, había que preparar el estómago para el evento que teníamos que afrontar;buen desayuno( !Isidro,que por ahí no es ! ) y visita al mercado de abastos de la localidad en donde previamente Isidro y yo habíamos convenido con un carnicero el suministro de embutido de la tierra.Con todo preparado iniciamos la subida despidiédonos de Isidro,Juan Jesús,Africa(gracias a los dos por el ofrecimiento generoso de los vehículos)Marisa,Rosa,Mariló y Encarni que con la ilusión de hacer solo la segunda parte de recorrido debido a que consideran que es demasiado largo para sus remos,quedó en eso...ilusión..A...foto de rigor por parte de Juande, y a disfrutar toca.Comenzamos con unas suaves rampas entre jarales pringosos,peonias blancas y sobre todo, mucha lavanda por doquier en plena efervescencia primaveral.Un lujo para la vista,un arco iris terrenal que hizo que nuestra conversación casi fuera un constante halago a la naturaleza por obsequiarnos con tanta belleza.El detalle de la continuación de la jornada la dejo en las manos privilegiadas y doctas en el asunto de escribir, de Juande para ilustrarnos con la tinta, lo que yo cosidero un dia para privilegiados.Creo que nadie quedó defraudado con la propuesta de salida a tierras jienenses y ...a pensar en la próxima.Después irán las a....fotos.
Antonio.
LA CRONICA
El camino era agradable, pues la subida no era fuerte, y el cielo acompañaba filtrando el sol en cómodas dosis. Los mulos del lugar, ataviados con coloridos y llamativos aparejos pusieron otro punto de color a la excursión, al igual que un grupo de caballistas que nos cruzamos, y con los que no pudimos cerrar trato de compraventa de algún équido.
Hacemos nuestro primer piscolabis en un área recreativa junto a la ermita de San Ginés, y tras la observación del plano informativo que allí había, vimos que estábamos a mitad del camino. Continuamos el sendero hasta llegar a un recordatorio de las primera carretas que hicieron la romería. Tras una pequeña subida alcanzamos un mirador con púlpito enrejado y vidrios de colores, desde el que se podía divisar a través de las vísceras de la estatua de un pastor, el santuario que encumbraba nuestro destino.
Un poco mas adelante refrescamos primero nuestra vista en una pequeña laguna, con alguna que otra rana , y segundo nuestros gaznates con una fresca agua que emanaba en un abrevadero. Una vez repuestas nuestras provisiones de agua, proseguimos hacia el río Jándula, donde estaba previsto encontrarnos con el resto de compañeros para compartir almuerzo y chorizos. Segunda mala noticia; los forestales no les dejan pasar y tenemos que comer por separado, y no verles hasta el final de la jornada.
Nos acomodamos en los arenales del río, apalancados sobre troncos de álamos, y nos empleamos en saborear nuestros almuerzos, pues ya había gazuza, sin saber que el cielo nos tenia puesta hora para el almuerzo, ya que a mitad del mismo, empezó a llover suavemente con el consiguiente apropio de chubasqueros de todo el personal.
De vuelta al camino, nos quedaba lo peor. Recién comidos ponte a subir el tramo mas duro de la jornada. (y sin haber echado siesta). Cada uno a su ritmo, fuimos subiendo los caracolillos, hasta llegar a un mirador, desde el que además de apreciar las vistas del entrono, descubrimos que el amigo Mazuecos va enseñando los gayumbos, que es lo que está de moda.
En un ultimo apretón conseguimos hacer cumbre y encontramos el camino de tierra que lleva al santuario. Nos extraño ver caravanas al principio, pero después descubrimos que aquel maravilloso paraje estaba sembrado de tiendas de campaña, contenedores, construcciones varias e incluso una urbanización. Manda cojones lo que hay allí montado.
Se produce el reencuentro con el resto de la patrulla, y tras apropiarnos de gorras y planos de la zona, subimos juntos a visitar el santuario. A cada uno con su fe, vimos lo que nos interesó. Yo me jodí la rodilla con un golpe tonto (seguramente por blasfemar).
Para bautizar la jornada, cervecitas y cafés a gusto del consumidor, y reparto en los coches para volver a Granada, pues se hacia tarde y llegaríamos de noche.
Con esto doy fin a la crónica, no sin antes agradecer a los organizadores su buena labor, y a los compañeros conductores, que desgraciadamente no pudieron disfrutar con nosotros.
Cronista: Juande
Fotos: Toñi, Antonio, Juande y JA Mesa