domingo, 19 de noviembre de 2017

Entorno del Castillo de Locubín

A hora tempranera, las 8 de la mañana, quedamos citados para realizar esta bonita ruta por el pueblo jienense de Castillo de Locubín. Diecisiete senderistas entre socios e invitados del club nos pertrechamos bien para el evento con un suculento desayuno en Pinos Puente donde no faltaron ni el jamón ni la zurrapa.
Llegar al pueblo e iniciar la ruta  por una empinada calle fue todo uno. La calle del Calvario con su fuerte  pendiente nos sacó de la población y fuimos ascendiendo constantemente primero por carril y después por vereda.
Tras pasar junto a la ermita del Calvario (en ruinas) llegamos a la cueva del Jabonero, hermosa oquedad cárstica que no nos deja indiferentes.
La entrada no es demasiado fácil pero con ayuda de unos y otros podemos penetrar en ella y "retratarnos"  para la posteridad.
El nombre del Cueva del Jabonero se origina durante la Guerra de la Independencia contra los franceses. Cuenta la leyenda que se refugió en Castillo de Locubín un maestro jabonero acompañado de una hija tan hermosa que era la admiración de todos los mozos del pueblo;  para apartarla de las garras de los soldados gabachos se escondió con ella en la cueva donde permanecieron hasta que las tropas napoleónicas abandonaron el lugar.
La ruta sigue ascendiendo dando vista a la población rodeada de un océano de olivos.
Llegamos más adelante a una larga grieta o sima en parte  cubierta por vegetación y bastante profunda a tenor de la prueba de la piedra (la tiras y escuchas como cae).

Nos encontramos más adelante una sorprendente construcción de estilo hippie (o algo parecido), que en ese momento carece de moradores.

No nos deja de llamar la atención por el colorido, la "urbanización" del entorno y las nuevas edificaciones en proceso.


El día no deja de mostrarnos sorpresas y la siguiente es un antiguo torreón bastante bien conservadoconocido como Torre de la Nava.

Algunos algunos de nuestros socios muestran sus habilidades trepadoras introduciéndose en el interior y posar para nuestros expertos fotógrafos.
Toca bajar hasta la carretera, cruzarla e iniciar la subida al cerro del Agua por el sendero de la Colada de la Fuente del Parral, que es una vía pecuaria muy bien conservada.
Penetraremos en un hermoso bosque de encinas y siguiendo el carril pronto llegamos al vértice geodésico y a las antenas que hemos estado divisando en todo momento.
Nuestros veredianos no dejan pasar la ocasión de encaramarse al poste para hacerse la foto de rigor.
Aprovechamos también para comer pues la hora y los estómagos lo requerían.
La bajada la hacemos campo a través hasta encontrar el carril que nos subió al cerro del Agua.
Quedaba una parte interesante de la ruta, la subida al cerro de San Cristóbal,  los Cortados de Camuñas y el descenso hasta el pueblo desde allí. Pero entre que se nos hizo tarde y que no vimos el sendero (si es que lo había) de subida, el personal optó por bajar al pueblo por el mismo sendero que habíamos traído. Un intento de acortar salíó rana; hubo que desandar lo andado y continuar por la senda ya conocida.
El regreso fue rápido y pronto estuvimos en el pueblo donde nos aguardaban los coches. El problema fue que no encontrábamos el lugar de aparcamiento. Que despistaos estamos.

Ruta: https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8946812
Fotos: Indalecio y Antonio
Crónica: JA Mesa