Con la ilusión de niños con
zapatos nuevos, década de los 60, (hoy no creo que se ilusionen por unos
simples zapatos) nos dirigimos al Puerto de la Ragua ( 2.041 m. a.)
con unos
artilugios muy grandes y con pinchos,
llamados raquetas, las cuales nos cuesta
una eternidad calzar, bajo la dirección de nuestro guía el Sr. de los Alayos y gracias a su poder de convocatoria, nos vemos acompañados por un grupo de jóvenes que dan otro aire al grupo, siendo motivo de más ilusión aún, mas otro nuevo componente que se estrena oficialmente, Paco Teva. ¡BIENVENIDO, QUENTEÑO!
Una vez pertrechados nos ponemos
en marcha por el barranco de la Majá del tio Caco, que en suave y casi rectilínea
senda, nos coloca en el Collado del Hornillo, donde nos reconcentramos de nuevo
para atacar la “tachuela” que nos encumbrará
por su cuerda en la mayor altitud de hoy, El Morrón Sanjuanero (2.612
m.a.) .
Reagrupamiento, recomposición del
grupo, llenado del depósito, un poco de fresquito y. ……………. media vuelta, arrr!,
en busca del Morrón del Hornillo (2.381
m. a.)
¡¡Mamma mia!! la cosa se pone de
rechupete, la escasez de nieve que sufrimos cresteando nos la encontramos en la
bajada, nieve polvo y seca con una costra crujiente que al pisarla musicaban
rasgos de guitarra de Paco de Lucía ¡olé! ¿y las vistas? que reflejos, que
siluetas se marcaban, que limpieza y a veces, que cristalina se veía.
¿Y ahora que? Al puerto y a casa,
¿no?…………, mejor a casa Fermín, en la Calahorra, donde algunos creo que se
deleitaron tanto o más que en los ¡¡MORRONES!! , no precisamente de esta
solanácea, sino de algunas otras de esas que decimos se pegan al riñón.
P.D. El Dr. Zeus lució su bandera
por 1ª vez y el grupo, por 2ª,
preparémonos para la siguiente.
Crónica y fotos: Isidro
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