domingo, 3 de febrero de 2013

Circular Cuerda de la Gallega

Conforme asciendía la carretera hacia La Alfaguara  aparecian manchas de nieve en sus márgenes, que aumentaban conforme avanzabamos, charcos y tierra mojada, hasta llegar al Llano de Las Minas, donde el termómetro marcaba 3 grados a las 9´20 horas.

         Mañana fría de invierno, con viento helado, del que se te cae el moquillo. De modo que nos abrigamos bien, pañuelo al cuello, guantes y gorro. Comenzamos la marcha en ascensión a los cerros El Tamboril y El Tambor, en cuyo alto encontramos restos de antiguas posiciones de la guerra civil, lugar desde el que se controla el Valle del rio Bermejo, sede del cortijo Califaquir, y al fondo, a la derecha, las trincheras del Peñón de la Mata.

         Continuamos nuestra ruta, ahora ascendiendo hacia la Cuerda de la Gallega, con un frio que pela, y un cielo amenazante, que por momentos se ennegrece, y suelta gotitas de nieve. Propongo continuar hasta un collado mas arriba y allí decidimos lo que hacer. Lo alcanzamos con una niebla que ocultaba totalmente la montaña, y surgen las dudas, que son disipadas por el Señor de los Alayos, que nos anima a continuar, lo que a la postre resultó un acierto, ya que al instante la niebla comenzó a retirarse, hasta el punto de dejar paso a un sol radiante, aunque, eso sí, el frio seguia inperterrito.

         Recorrimos toda La Cuerda, con grandes manchas de nieve, hasta alcanzar el Pico Majalijar, en el que nos hicimos una fotito de grupo y arreando, porque allí no se podía parar de frio. La bajada la hicimos por la cara norte y tuvo un pelín de dificultad, ya que la nieve estaba dura, y tuvimos que ir con mucho cuidadín, pues aquello resbalaba bastante, hasta alcanzar el collado de Las Buitreras. Aquí hicimos una pequeña parada para tomar un tentempie. 

         Continuamos por una senda por la cara sur de La Cuerda de la Gallega a media ladera que nos conduciría hasta el cortijo Linillos y finalmente a los coches.

         Entremedias el Señor de los Alayos retó al Señor Mesa a consagrarse como montañero si era capaz de bañarse en la Laguna de Vacares, cuestión esta que ya se verá este próximo verano.

         Esta vez carecemos de la tecnología de la compañera Maria del Mar, que faltó por motivos de salud, pero así, como a ojo de buen cubero, podemos decir para que os hagais una idea, que recorrimos unos quince kilometros, en el que invertimos unas seis horas, todo sea dicho que en algunos tramos se hizo un avance muy lento debido a los impedimentos del terreno, muy accidentado en algunos tramos, con un desnivel de subida acumulado de unos 800 metros, y con un frio que pelaba.

         El final del recorrido fué celebrado en la Venta Bizcocho, en la que dimos buena cuenta de unas cervezas y vino mosto, acompañado de migas y papas a lo pobre.

         Hasta la próxima, amigos.
Crónica:José A Mazuecos 

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