viernes, 1 de junio de 2012

Excursión a Cabra y visita a Córdoba


El viaje a Córdoba y la excursión a Cabra ha tenido como objetivo principal la visita a la Casa de Sefarad o Casa de la Memoria, por aquello de compartir con nuestro amigo Sebas sus descubrimientos que con tanta pasión transmite.

Con tanto tiempo la cita prevista y sin embargo nos faltaron veredientes a quienes echamos de menos. También hay que decir que Eva e Isabel nos acompañaron por primera vez. Con más o menos rigor salimos de la Renault y como no venía Azucena, nos repartimos y dejamos coches en Maracena.

Pues si en verso me ha salido, ha sido casualidad, no esperéis de mi escritura nada particular y daros por advertidos.

Cogimos la carretera de camino a Cabra por Alcalá la Real que por si alguien no lo sabe es el pueblo de Toñi y Pilar.

Y por si alguien se lo pregunta, le vamos a contestar, que no hay viaje de la verea que no te vayas a equivocar. Así que después de un par de vueltas llegamos a Santa Rita, el Centro de Visitantes, punto de encuentro con Pepe, el que faltaba de acompañante.

El muchacho que informaba, lo hizo con tal prontitud, y  sacándonos folletos nos explicó el camino y su altitud. Acababa de hacer la ruta con la bici, y tan espercojao nos indicó, que como estaba nublao no nos quemaría el sol.

En llegando al cartel, un problema se planteó, ¿por dónde va la verea?..., y Pilar se preguntó, “como ponen distintos nombres en folleto y mapa señalizador”, si para perdernos ya sabemos, sin necesitad de asesor.

Hasta la ermita, para enterarnos, tuvimos que subir, y el señor del Infoca nos señaló el camino a seguir. Bajando de nuevo donde se encontraba el cartel, partía el sendero ancho en medio de la explanada, y sin ningún desnivel.
Sin embargo unos le llaman La Nava y otros el rio Bailón, el sendero es el mismo que luego se divide en dos. Aunque Isidro arremeta, llegamos a las Chorreras, después de dar un rodeo para ver a las ovejas. Es verdad que agua no había,… ¡y qué quieres con el invierno de sequía!.

Además en este paisaje kárstico algunas cosas aprendimos, bordeamos el poljé de la Nava, con sus aguas encharcadas, y los salientes calizos,… ¿Nani, cómo se llamaban?... Ay, si alguien me lo dijo!.

Gabriel decía, ¿son encinas o quejigos? y debajo del bosquecillo Elena y Pepa sacaron el hatillo. El Famobil dátiles traía, pero la tortilla de Pepe y Nani nadie la superaría.

De vuelta a Cabra probamos los exquisitos flamenquines, y entre versos de Juan Valera escritos en baldosines, recorrimos el casco histórico, el castillo, la muralla y hasta la Fuente del Rio, cuales veredienses andarines.

Ni que decir tengo del buen día que echamos, que al despedir a Elena por poco no la soltamos.
Hora de llegar a Córdoba, el algarinégico-man se conoce el aparcamiento y después de preguntar llegamos, dando vuelta, al alojamiento. Aire moderno y juvenil, en medio de la judería, una ducha, un tentempié, y por el Puente Romano se oye una nota sutil.

Después de lo que no es “un blanco y negro, aunque si lo demás, cada cual a su cuarto sin cuento ni ná. Buen desayuno a la hora puntual, salimos con tiempo, algunas tardan más, es que el señor roca nos hace esperar, ¡uy que fatalidad!.

La señora Isabel nos guía otra vez, entre flores y jardines, sudamos los calcetines, nos lleva por los rincones, plazas, calles y callejones. Nos estamos entreteniendo y llegaremos tarde sino salimos corriendo. Pilar delante aligera el paso, y entre el bullicio los demás detrás sin perdernos de vista por si acaso.

Por fin llegamos a la Casa de Sefarad, allí está Sebas como uno más, con aspecto entusiasmado y sereno, nos acoge a la entrada, nos lo explica todo, se hace ameno. Nos canta “por berenjenas” y Nani, que no se corta, tatarea allí en mitad de la alhacena. La letra con las recetas no os la dejo de pasar, porque la gente de la verea todo lo quiere probar: http://sefarad.rediris.es/textos/berenjenas.htm

Oh! La nueva sala, LA MEMORIA,… tropelías desveladas que se han de conocer,  para que marranos sólo sean los de comer. Y quien quiera saber más, que vaya a Córdoba la bella y en la casa de Maimónides busque a Sebastián, que harta estoy de rimar la crónica, “pa que luego me digan, que pa que te metes en ná”.

Crónica: Mariló
Fotos: Elena