viernes, 4 de mayo de 2012

Ruta por Guajar Alto


Trece veredianos nos dimos cita para girar visita oficial a Los Guajares. El punto de salida lo fijamos en Guajar Alto, pero como ya es tradicional en nuestro grupo, dos de los vehículos escogieron otra variante de la carretera y acabaron cerca de Pinos del Valle. Mientras tanto, los componentes de los otros dos coches habian llegado a su destino y amenizaban la espera tomando un cafelito en el bar El Olivo, quedando encantados con los enormes jamones que colgaban del techo, así como la promesa de unas migas a la vuelta de nuestro periplo.
Por fin llegan los rezagados e iniciamos nuestro camino en dirección al área recreativa de Los Paules, acompañados de un cariñoso perrillo del pueblo, al que mas adelante se quisieron unir un padre cabra y su cabritillo. Aquel perrillo ya no nos abandono en toda la jornada.

Al poco de dejar atrás las últimas casas del pueblo nos encontramos ante una encrucijada, que Indalecio resolvió escogiendo la de la derecha, marcada con un hito de madera. Conforme ascendiamos por la vereda comprobamos que el barranco se iba abriendo y que nuestra ruta se iba alejando de lo que en realidad queríamos hacer. Ni cortos ni perezosos comenzamos a descender hacia el rio, buscando la forma de cruzarlo al otro lado del barranco, pero aquello se nos antojó una empresa complicada y dimos la media vuelta. Continuamos la senda marcada que habíamos comenzado y que, al parecer, nos conduciría hasta Las Albuñuelas. Una lluvia fina comenzó a acompañarnos, tan insistente que a algunos veredianos comenzó a resultarle fastidiosa y se dieron la media vuelta. ¡ Amigos, nos vemos en el bar El Olivo ¡, dijeron los que abandonaban la empresa. Vale, nosotros seguimos un poco mas, les contestaron los otros. Continuamos una mullida senda en continuo ascenso, entre pinos de altas copas, jaras, gayumbas, y flores por doquier. Por supuesto que no llegamos a Las Albuñuelas ni a ninguna otra meta, y recordamos aquella máxima del Sr. Insidro de "Aquí, todo es campo", y disfrutamos de nuestro caminar sin objetivo alguno. 

El error en la elección de la ruta nos hizo descubrir la existencia de esta otra que lleva a Las Albuñuelas y que dejamos anotada para hacerla en la próxima temporada.
Para la hora de la comida ya estabamos todos juntos en el bar "El Olivo", disfrutando de aquellas migas prometidas y vino del terreno, junto a una agradecida chimenea.


Crónica: JA Mazuecos
Fotos: Juande, Indalecio, JAMesa.

martes, 1 de mayo de 2012

De Marmolejo al Cabezo

     Con la ilusión de ver algo nuevo, nos dirijimos a Marmolejo.El autobús como novedad - esto hay que repetirlo - y 22 verediantes con las mochilas a la espalda.
     Esperábamos la primavera en su máximo explendor de coloración y nuestro gozo en un pozo., muy distanta a nuestra visita anterior, pero no falta de belleza.Un conductor amable y desinteresado nos acerca hasta la entrada " oficial " al parque y con alguna duda en los cruces de caminos, bien resuelta, iniciamos nuestra andadura con entusiasmo. Isidro con buen criterio, como casi siempre, propuso bajar al cauce del rio Jándula y hacer la ascensión al Cabezo por su ribera,quizá en belleza se hubiera ganado. pero las improvisaciones en un grupo tan numeroso,llevan a la duda e incluso a las discusiones inútiles y bajo consenso decidimos el camino marcado, con desnivel mínimo y no exento de disfrute para la vista. 
     A mitad de camino hacemos el descanso para dar gusto a nuestro estómago en el llamado arroyo de los Santos,después de haber pasado por el cortijo de Navalasno Nuevo en donde vimos un suelo tupido de color lila realmente precioso.En definitiva, una salida muy muy tranquila y exenta de dificultad, con un sabor -por mi parte - un poco agridulce, porque esperaba mas. No obstante, el espíritu de la verea siempre es positivo, en eso no nos gana nadie, y ya estamos con la ilusión de ver qué nos regala el sr.Mazuecos el próximo dia por tierras de lo Guájares.